Un intento de borrar pruebas en el caso Delcygate

El caso Delcygate ha revelado una serie de operaciones encubiertas realizadas por el gobierno español, especialmente en relación con la visita de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, a Madrid en enero de 2020. La clave de este escándalo se encuentra en las cintas de las cámaras de seguridad del aeropuerto de Madrid-Barajas, las cuales el entonces ministro José Luis Ábalos intentó borrar para ocultar evidencias que implicarían al PSOE en este asunto.

Ábalos convocó al presidente de AENA, Maurici Lucena, en su residencia oficial y le exigió la eliminación de las grabaciones de aquella noche, pero Lucena se negó a cumplir tal solicitud, lo que llevó a una tensa discusión entre ambos. A pesar de que en febrero de 2020 el asunto fue judicializado y el Partido Popular solicitó la prohibición del borrado del material audiovisual, las cintas nunca fueron destruidas y aún permanecen en posesión de AENA.

La llegada de Delcy al aeropuerto, en medio de prohibiciones de entrada por parte de la Unión Europea, fue un episodio complicado para Ábalos, quien, aunque inicialmente no tenía previsto recibirla, acabó subiendo al avión y reuniéndose con ella en la terminal ejecutiva. Su presencia y la intervención de otros funcionarios del Gobierno sugieren que hubo un interés deliberado en ocultar el encuentro y sus implicaciones legales.

Se ha revelado también que Koldo García, asesor del ministro de Transportes, fue quien instó a Ábalos a facilitar la llegada de Delcy a España, lo que ha creado un efecto dominó que ha involucrado a otros personajes cercanos al ministro, incluyendo a Víctor de Aldama, quien actuaba como comisionista.