Una actualización defectuosa de la plataforma de seguridad informática CrowdStrike ha desencadenado un caos global al impactar gravemente los sistemas operativos de Microsoft. La caída informática se ha extendido a nivel mundial, provocando interrupciones significativas en aeropuertos, bancos, sistemas de salud y otros servicios críticos. La situación ha dejado a miles de pasajeros varados, con aerolíneas incapaces de operar con normalidad y sistemas de facturación colapsados.

El fallo informático ha tenido un impacto particularmente severo en los aeropuertos de España, donde Aena ha registrado más de 105 vuelos cancelados. La irrupción ha generado largas colas y confusión entre los pasajeros, quienes han visto interrumpidos sus planes de viaje sin recibir información clara ni soluciones rápidas. En un día clave de la temporada alta de viajes, este incidente ha causado una marea de frustraciones entre los viajeros, especialmente aquellos afectados en la T4 de Barajas.

A nivel corporativo, las acciones de CrowdStrike han mostrado una significativa volatilidad. Abrieron con una caída del 15% y llegaron a desplomarse hasta un 20% en el premarket, aunque lograron moderar las pérdidas a un 10% más tarde, viéndose reflejado en una capitalización bursátil que bordeaba los 80,000 millones de dólares. En contraste, Microsoft ha mostrado una mayor resistencia en el mercado, con caídas menores a las esperadas, lo que sugiere una confianza continuada de los inversores en el gigante tecnológico estadounidense.

Impacto global y respuesta empresarial

La perturbación ha afectado a empresas y servicios esenciales a nivel global. En el sector financiero, entidades como CapitecBank en Sudáfrica y varios bancos en Brasil como Banco Pan y Bradesco han reportado problemas. En la industria del transporte, aerolíneas como Iberia, Vueling y TAP han tenido que manejar manualmente los procesos de facturación. Mientras tanto, compañías de paquetería como UPS y FedEx también anticipan retrasos en sus servicios.

George Kurtz, CEO de CrowdStrike, ha asegurado que el problema ha sido identificado y aislado, y que están trabajando en la implementación de una solución. Microsoft, por su parte, continúa investigando las causas profundas del fallo y colaborando con sus clientes para restablecer la normalidad. Los sistemas de salud en regiones como Cataluña han comenzado a recuperar sus operaciones, aunque con limitaciones temporales en algunos servicios.

A pesar de los esfuerzos por mitigar el impacto, las consecuencias económicas y operativas del fallo son todavía inciertas. El incidente subraya la dependencia global en sistemas tecnológicos interconectados y la necesidad de estrategias robustas de ciberseguridad. La capacidad de reacción y mitigación de empresas y gobiernos será crucial para evitar la recurrencia de crisis similares en el futuro.