Una vida dedicada al periodismo rosa

Carlos Ferrando, reconocido periodista y pionero del periodismo rosa en España, ha fallecido a los 76 años en su hogar en Madrid. Su muerte, inesperada y repentina, ha dejado consternados a familiares y amigos, quienes jamás imaginaron que este desenlace se produciría tras su reciente recuperación de una intervención quirúrgica. Ferrando era conocido por su estilo mordaz y honesto que sentó las bases de la crónica social moderna en el país. Nacido en Cartagena en 1948, Carlos se trasladó a Sabadell a los cuatro años, y más tarde se estableció en Madrid, donde comenzó a trabajar en el mundo del espectáculo y el periodismo.

En sus inicios, Ferrando trabajó como secretario de la actriz Esperanza Roy, ascendiendo rápidamente como jefe de prensa de figuras icónicas como Pedro Almodóvar y Ana Belén. Con el tiempo, se estableció como crítico de cine en la revista 'Fotogramas' y posteriormente se hizo un nombre en la crónica rosa en 'Diario 16', donde sus anécdotas y relatos mantenían a los lectores cautivados. Su gran salto a la popularidad se dio en televisión, donde participó en programas como 'De domingo a Domingo' y 'Crónicas Marcianas', aunque dejó este último por su descontento con el sensacionalismo imperante.

Carlos Ferrando cultivó cercanas amistades en el mundo del espectáculo, convirtiéndose en confidente de celebridades. Era conocido entre sus compañeros de profesión por su gran sentido del humor y su capacidad para abrirse a los demás. Su obra más reciente, 'La delgada línea rosa', refleja sus convicciones sobre el periodismo y su deseo de ser recordado como alguien que hacía reír y sabía narrar las historias correctamente.

Los últimos momentos de Carlos Ferrando

Los últimos años de la vida de Carlos Ferrando se vieron marcados por su retirada del periodismo y su lucha con problemas de salud. Su amiga y actriz Alejandra Grepi, quien formaba parte de su círculo cercano, fue la primera en alarmarse cuando no pudo contactarlo. Tras acudir a su domicilio, descubrió que Ferrando se encontraba en un estado crítico debido a la deshidratación. Lamentablemente, su cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde se le realizará la autopsia, originando especulaciones sobre quién se hará cargo de su sepelio, ya que su familia se encuentra distanciada.

Al momento de su muerte, Ferrando había superado una operación de hernia, realizada tras años de postergaciones debido a su fobia a los quirófanos. A pesar de su esporádica actividad en los medios, su legado permanecerá en la industria del periodismo rosa, un ámbito que siempre desafió a los pares y que moldeó a su manera. Sus amigos y colegas lo recordarán por su ingenio y su enfoque honesto, características que definieron su larga y exitosa carrera.

Un legado imborrable en la crónica social

Carlos Ferrando deja un legado monumental en el periodismo rosa, un área que supo tratar con la ironía y el respeto que merecía. Fue un precursor que abrió caminos para los futuros cronistas sociales en España, demostrando que es posible informar sobre la vida de los famosos sin caer en el sensacionalismo. Su contribución fue vital para pluralizar el discurso en torno a la crónica social, y su influencia perdura en la manera en que se concibe y se vive este tipo de periodismo en la actualidad.

El legado de Ferrando se siente no solo en la manera en que se escriben y se presentan las historias de los famosos, sino también en el respeto y la dignidad que aportó al tratar a las figuras que cubría. Su obra continuará inspirando a nuevos periodistas y recordará a todos que el humor y la honestidad pueden coexistir en la crítica social. Sin duda, Carlos Ferrando permanecerá en la memoria colectiva de la prensa rosa española como una figura icónica y un referente indiscutible.