Un contexto fiscal complejo

Aproximadamente en el mismo contexto, el Consejo de Ministros ha aprobado por segunda vez la senda de estabilidad fiscal para el periodo 2025-2027. Esta senda, que ha sido objeto de controversia, mantiene los mismos objetivos de déficit y deuda que anteriormente fueron rechazados por el Congreso en julio pasado.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defendió su aprobación, argumentando que proporciona mayor margen fiscal a comunidades autónomas y ayuntamientos para financiar sus servicios. Sin embargo, muchos observadores critican que estos objetivos son poco realistas y se descubren ante un escenario económico incierto, lo cual sugiere que el Gobierno no está tomando en serio la estabilidad fiscal del país.

La senda aprobada prevé que el déficit público se reduzca al 2,5% del PIB en 2025, al 2,1% en 2026 y al 1,8% en 2027, cifras que muchos creen que son optimistas, en un clima donde la economía enfrenta múltiples retos como el crecimiento de la deuda pública y los desafíos inflacionarios que afectan al poder adquisitivo de los ciudadanos.