Lanzamientos y sanciones

La situación se tornó crítica tras el primer gol del Real Madrid anotado por Militao, cuando los jugadores se vieron obligados a enfrentarse a una lluvia de mecheros, botellas y otros objetos lanzados al campo por parte de la hinchada más radical del Atlético de Madrid. Esta lluvia de objetos comprometió la seguridad de todos los presentes y obligó al árbitro, Busquets Ferrer, a detener el partido por más de 20 minutos.

El colegiado se vio en la necesidad de intervenir en varias ocasiones, alertando al delegado de campo sobre la situación, y advirtiendo que la continuación del encuentro estaba en riesgo debido al comportamiento violento de algunos aficionados. Finalmente, la situación se descontroló, provocando la paralización del derbi, un evento que debería ser una celebración del fútbol sino un foco de violencia.