Un derbi de emociones y momentos clave

El Sevilla tiró de grandeza, casta y sobre todo orgullo en un momento muy difícil para el club y se llevó el derbi de la ciudad contra el Betis por la mínima, con un gol de penalti de Dodi Lukebakio en el minuto 50 tras una mano con mucha polémica de Diego Llorente.

El extremo belga fue el mejor de los locales y le dio la razón a su entrenador, García Pimienta, en ese cambio de juego hacia la insistencia por las bandas al contar también con otro filón como Ejuke. El nigeriano marcó el primero en el 10′, pero el árbitro Martínez Munuera lo anuló por fuera de juego de Agoumé antes de la cadena de rebotes que acabó con el balón en la pierna del autor de la diana que no subió al marcador.

El Betis también tuvo sus oportunidades, pero se encontró con el empeño defensivo del Sevilla ante un Ramón Sánchez Pizjuán a reventar. Tras un descuento eterno de siete minutos, que empezó con mala noticia para los hispalenses por la expulsión del central Nianzou por doble tarjeta amarilla, los locales rascaron una victoria de oro, quizá la más importante que vayan a arañar esta temporada.

Después del partido de la jornada 9 de Liga se ponen duodécimos con 12 puntos, los mismos que su vecino (10º).

La imagen más emotiva, además de la que se vio al final del partido con un equipo hermanado de nuevo con su afición, fue la de la entrada al campo del capitán sevillista, Jesús Navas. Probablemente en su último derbi, el de Los Palacios se llevó una ovación espectacular al saltar al césped en sustitución de Agoumé. Los cánticos de '¡Navas, Navas!' se alargaron hasta después del pitido final.

Un partido disputado con buenas ocasiones

Tuvo que pasar un cuarto de hora para que apareciera el Betis por el área local, primero con un remate de Vitor Roque sin problemas para el meta noruego Nyland y otro de Lo Celso con mucha fuerza por alto, aunque el argentino tuvo una ocasión más clara minutos después, pero se le fue el balón pegado a la cepa de un poste.

Esas intentonas coincidieron con un bajón en la intensidad del Sevilla, con lo que los visitantes lograron equilibrar el juego en el centro del campo y crear problemas a la defensa local, que no supo aprovechar Vitor Roque en un par de ocasiones ante el acierto de Nyland.

Con todo mucho más abierto, se disputaron los últimos minutos de la primera parte, después de que la fogosidad inicial local fuera contrarrestada por más seguridad visitante para irse al descanso con un 0-0 que dejaba abierto el partido en su reanudación.

La segunda parte empezó de la mejor manera para el Sevilla, porque un remate de cabeza de Agoumé a la salida de un saque de falta acabó con el balón en una mano de Llorente, lo que fue considerado penalti tras consulta con el VAR. Lukebakio lo transformó en el 1-0.

Desenlace del derbi y legado de Navas

Le costó al Betis asimilar la nueva situación y Pellegrini movió su banquillo rebasado el cuarto de hora del segundo periodo para que Cédric Bakambu y Aitor Ruibal dieran más creación al equipo en busca del empate, hasta el punto de que el delantero congoleño marcó un gol aunque sin validez por estar en claro fuera de juego.

Con Jesús Navas ya en el partido y disputando su último derbi tras anunciar su retirada para el próximo diciembre, el Sevilla controló la situación, aunque se vio más apurado cuando perdió al defensa francés en el minuto 89 al ver la segunda amarilla.

Este hecho, por contra, lo vio compensado en la prolongación del choque con la lesión del central brasileño del Betis Natan de Souza, quien no pudo ser sustituido al tener su equipo agotadas las ventanas de cambio y tuvo que aguantar sobre el césped visiblemente tocado sin poder ayudar para evitar la derrota de su equipo.

El Sevilla sigue reinando en el derbi con Jesús Navas haciendo historia al convertirse en el futbolista con más presencias en gran partido sevillano, y con Lukebakio como príncipe, MVP del partido y autor del único gol de penalti.

Reflexiones finales y el cariño hacia Navas

El partido se decidió desde el punto de penalti, después de una mano de Llorente, que saltó con los brazos abiertos y cortó, seguramente sin querer, porque estaba de espaldas, un toque de cabeza de Agoumé.

Navas, ya en tiempo de prolongación y con el estadio eufórico, se mostró emocionado y agradecido a la afición sevillista. 'Es un orgullo vestir esta camiseta y hacer disfrutar a esta gente. Cada vez me queda menos, es complicado porque amo el fútbol y correr en este campo con mi gente. Hasta el último día quiero disfrutar.'

Al final, en un derbi donde el Sevilla mostró su casta y garra, la figura de Navas brilló con luz propia, dejando una impronta que permanecerá en la memoria de todos los aficionados, reafirmando el dominio histórico del Sevilla en estos enfrentamientos.