Un artista discreto y talentoso

Juan Gómez-Acebo era el segundo de cinco hijos de los duques de Badajoz y llevó una vida alejada del foco mediático, lo que ha llevado a que muchos aspectos de su vida personal sean poco conocidos. Desde sus inicios en el mundo del arte, fue reconocido por su destacada trayectoria pictórica, con obras expuestas en diferentes países. Contrario a su fama familiar, su arte logró captar la atención en espacios como la Biblioteca Nacional de España y la Fundación Arauco. Juan contrajo matrimonio en 2014 en una ceremonia privada, pero la relación concluyó en 2019, aunque dejó un legado en su único hijo, Nicolás, con quien vivía experiencias enriquecedoras.

El legado de una familia unida

A pesar de su discreción, Juan mantenía un vínculo cercano con su primo Felipe VI y su tío, el Rey Juan Carlos. Estos últimos eventos han hecho que sus hermanos, Simoneta, Bruno y Beltrán, enfrenten nuevamente el desgarro de una pérdida irreparable, justo cinco meses después de la muerte de Fernando. Actualmente, Juan compartía su vida con la arquitecta Teresa Véret, quien lo acompañó en momentos difíciles, como el sepelio de su hermano. La familia real está representada en estos momentos de tributo, y se espera que asistan a rendir homenaje a Juan en su funeral, como ocurrió previamente con Fernando. Las palabras de admiración de la Infanta Pilar resaltan la pasión artística de Juan, quien hizo del arte su vida y legado, dejando una huella imborrable en quienes lo conocieron.