El corazón de la capital española se vio inundado de fervor patriótico el pasado 7 de noviembre de 2023, cuando miles de personas se dieron cita en la emblemática calle Ferraz, frente a la sede del PSOE, para manifestar su firme oposición a los movimientos políticos recientes del partido en el poder. La concentración, que ya suma cinco jornadas de protestas consecutivas, ha sido un clamor unánime contra la amnistía negociada con ERC y las discusiones en curso con Junts, medidas que podrían facilitar la investidura de Pedro Sánchez.

La movilización, encabezada por la plataforma Revuelta, afín a los valores conservadores y tradicionalistas de la nación, fue un eco de la indignación que recorre las calles de España. Bajo el lema "Paremos la traición", los convocantes, que defienden los valores cristianos y el legado de la reconquista, lograron reunir a una multitud de 3.800 personas según cifras oficiales de la Delegación de Gobierno de Madrid. La protesta contó con la presencia significativa de figuras como Santiago Abascal, líder de Vox, quien no dudó en sumarse a la voz del pueblo, declarando la disposición del partido a luchar "con los compatriotas" en contra de lo que consideran un "golpe" a la unidad nacional​.

El encuentro estuvo marcado por una fuerte presencia policial, con más de 160 agentes desplegados para mantener el orden, lo que resultó en el uso de gases para dispersar la manifestación, detenciones y heridos leves. Los manifestantes, portando banderas nacionales y símbolos que representan la historia y soberanía de España, emitieron consignas que resonaron en el aire madrileño como "No nos engañan, Cataluña es España" y "Sánchez a prisión", mostrando el descontento popular ante lo que muchos ven como una concesión inaceptable frente al separatismo​.

La trascendencia de estos acontecimientos no se limita a la capital; manifestaciones similares se han replicado en diversas provincias, extendiendo el mensaje de resistencia por toda la geografía española. Esta serie de protestas se produce en un momento crítico en el que los socialistas buscan cerrar acuerdos que muchos ciudadanos consideran traicionan los principios fundacionales del país.

La plataforma Revuelta y sus seguidores, junto con líderes como Daniel Esteve de Desokupa y representantes de Vox en el Congreso, han anunciado que seguirán movilizándose en defensa de la integridad de España. Con declaraciones como la de Pepa Millán, afirmando que cualquier acto violento está fuera del respaldo del partido, Vox se posiciona como defensor de la protesta pacífica y como la voz de un pueblo que, según ellos, no está dispuesto a ceder ante políticas que consideran una amenaza para la unidad y futuro de la nación.

Las calles de Madrid han hablado, y su mensaje es claro: no habrá descanso hasta que se respeten los valores y la voluntad del pueblo español. Con ojos puestos en el futuro, los conservadores españoles se mantienen firmes en su compromiso de vigilar cada paso del gobierno en funciones y asegurar que la voz de España, la voz de su historia y su gente, se escuche en cada rincón del país y más allá de sus fronteras. La protesta en Ferraz no es solo un evento aislado, es el reflejo de un país que se levanta para reclamar lo que considera justo.